Yurena Santana | Fecha: 08/05/13
Desde que llegó Sergio Lobera al club amarillo ha destilado por los cuatro costados discursos que han calado en la afición grancanaria que estaba deseosa de sentir esa unión afición – entrenador y ahora vuelve después de más de treinta años de ausencia por distintos tipos de circunstancias y en la etapa más reciente la razón era más bien desavenencias con los distintos entrenadores que han pasado por aquí, aunque a pesar de eso siempre había una marea de fieles siguiendo a la UD Las Palmas por donde quiera que vaya.
Sergio Lobera ahora, tras los problemas con Sergio Kresick en su última temporada como amarillo, ha devuelto esa ilusión perdida en la afición grancanaria con discrusos llenos de humildad y autocrítica pero a su vez cargados de mucha ilusión y optimismo. Con todo ello, le convierte en la viva imagen de la UD porque cada vez que habla siempre emite unos valores que desde la historia del club se han llevado a cabo y ahora con los nuevos valores y la sabia nueva que tiene, pretende devolver el señorío que en épocas recientes ha perdido como equipo.
Es cierto que en lo deportivo comete fallos y no ha estado acertado en sus decisiones, pero no se esconde a la hora de analizar el partido durante las ruedas de prensa después de los partidos y en algunas ocasiones ha sido algo duro con sus jugadores por su actuación en el Estadio de Gran Canaria. Lo mejor de todo es que el discurso ha calado en la plantilla y esto ha propiciado, a parte de corregir lo puramente deportivo, una reacción espectacular del equipo amarillo, ya que pasó de amanecer últimos un domingo por la mañana a luchar por meterse en los puestos que dan derecho a luchar por un puesto de playoff que da derecho a luchar a estar en Primera División.
Entre los resultados deportivos, la ilusión y optimismo que desprenden sus discursos y el cariño de la afición hacen el manidaje perfecto para que sea la viva imagen de club por su forma de expresarse.
La Voz Amarilla 
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